Del libro de cartas de Van Gogh
Me demostró que no me equivocaba. Sí nos parecemos. Nos parecemos y cuando te digo siempre que sabemos ver el arte de la vida, me refiero a esto:
"el arte es el hombre agregado a la naturaleza”; la naturaleza, la realidad, la verdad, pero con un significado, con una concepción, con un carácter, que el artista hace resaltar, y a los cuales da expresión, “que redime”, que desenreda, libera, ilumina. "
Le puse doble atención a lo que enviaste, iba con el ánimo de encontrar aquello de mí que viste en ello, y descifré un par de cosas que me gustaron, sentí como si fueran un reflejo mío, un eco de algunos pensamientos..
Me gusta la parte en que dice que tiene pasiones momentáneas. Es imprudente, impaciente, en ese tiempo le daba con la escritura. Lo traduzco como una desesperante tendencia a apasionarse, por unos cuántos meses, con algo en específico, una persona, una ideología, música, etc.
Pasado el tiempo, aquella pasión paulatinamente va desapareciendo, y es reemplazada por otra. Entonces la gente cree que has cambiado, pero en realidad, sigues siendo tu mismo. Es la misma energía interior que te mueve a buscar ALGO en la vida, algo que te despierte, para no aburrirse, como dirías tú. Y uno ha de reconciliarse con ese aspecto de sí mismo; apasionarse todos los días, asumirse como imprudente, aventurero, un poco loco, pero a la vez serio, en fin, el tener una personalidad un poco indescriptible (algo que se puede y se debe aprender a valorar en ella.)
Luego está esto de que "hay que aprender a leer, como debe aprenderse a ver y aprender a vivir."
Que maravillosa frase. La copié de inmediato. Esa es la lección más grande que me ha dado la vida. Antes creía que se veía por instito, que se leía lo que te entregaban, lo que estaba a tu alcance. Pero con la experiencia aprendí que se puede leer y ver de formas distintas, yo ya no veo como me criaron, ya no leo lo que en mi casa me enseñaron. APRENDÍ a ver con ojos de la vida, con amplitud de mirada, APRENDÍ a leer aquello que me era prohibido. Y eso me ha hecho quien soy. Y eso es lo mejor que me ha pasado, todo el que me conoce bien, lo sabe.
Por último, me gustó mucho aquello de ser haragán por "no saber que hacer". La simplicidad con la que ven las cosas algunas personas, no les deja entender que para otros la vida es lo más importante, es sagrada, valiosa, no es "llegar y hacer".
Uno quiere encontrar el equilibrio perfecto entre aquello que ama y aquello que debe hacer, uno quiere amar pero sentir placer, y quiere vivir por el resto pero de la forma adecuada. Uno se cuestiona. Y esas dudas te inmovilizan a veces. Pero es propio del "artista" del "pensador" y no es haraganería. Es perfeccionismo, autoexigencia, como quiera decírsele. Por esto a veces la gente lo a ve a uno de afuera y no comprende, la "des-colocas" (cuantas veces han dicho eso, tu me asombras, me descolocas, eres impredecible, que lindo ser así no?) otros, más duros en su juicio, no te creen.Pero da lo mismo. Uno sabe que no es haragán ni inconsecuente, se es consecuente con uno mismo, y aquella es la tarea más dura y exigente que pueda existir.
Con esto de la haraganería me acordé de cuando quería vivir la vida como el montón, la oveja que se confunde entre el rebaño, (creo que una vez te dije que a veces me perdía entre lo homogéneo del ambiente, sobre todo, del ambiente donde crecí) , salir, estudiar un poco, vivir sin preocupaciones. (¿Por qué alguien en su sano juicio puede querer esa vida? Ahora no lo entiendo, pero tiene un poco de cansancio de vivir luchando.) Y entonces me llegó una frase que no olvidé y no olvidaré supongo, porque me sentencia, algo cómo: "Tú nunca vas a ser del montón. No tienes opción. No puedes olvidarte de tus preocupaciones cotidianas, no puedes saber que hay un mundo que necesita trabajo y no ser parte de ello. Ya generaste una conciencia que no te va a permitir descansar, nunca serás de esas personas que estudian y celebran y punto."
Y algo de eso soy, ciertamente me define muchísimo. Estoy divida en dos (eufemísticamente, no hay una división clara y menos aún en dos, debe ser al menos en 5, pero en fin), por una parte está mi entrega irrevocable,las ganas de trabajar, pero no tengo la disciplina suficiente, porque no quiero tenerla... y luego esta convicción de trabajo se entremezcla una pasión por los libros, el arte, la relatividad pos-moderna, la apertura al descanso y a veces, el egoísmo. Y eso hace que la vida se vuelva un entramado complicado, difícil de desentrañar, a veces pienso, un verdadero laberinto. Pero aún no sabiendo qué se es exactamente, quién gana, uno sabe con exactitud que nunca podrá negar su escencia, nunca podrá volver a ser otro que el que se es. Por suerte, nos hemos salvado de esto (porque pues, qué tedio, !Qué aburrimiento!)
Una vez le dije a una amiga, que yo creía que uno siempre escribe un poco para sí mismo, para después re-leerse y descubrirse en sus propias palabras. Y ella me respondío que creía lo mismo, pero que eso era lo lindo, pues si uno se entrega al otro, lo hace desde su propia alma, de su propio cuerpo...
"el arte es el hombre agregado a la naturaleza”; la naturaleza, la realidad, la verdad, pero con un significado, con una concepción, con un carácter, que el artista hace resaltar, y a los cuales da expresión, “que redime”, que desenreda, libera, ilumina. "
Le puse doble atención a lo que enviaste, iba con el ánimo de encontrar aquello de mí que viste en ello, y descifré un par de cosas que me gustaron, sentí como si fueran un reflejo mío, un eco de algunos pensamientos..
Me gusta la parte en que dice que tiene pasiones momentáneas. Es imprudente, impaciente, en ese tiempo le daba con la escritura. Lo traduzco como una desesperante tendencia a apasionarse, por unos cuántos meses, con algo en específico, una persona, una ideología, música, etc.
Pasado el tiempo, aquella pasión paulatinamente va desapareciendo, y es reemplazada por otra. Entonces la gente cree que has cambiado, pero en realidad, sigues siendo tu mismo. Es la misma energía interior que te mueve a buscar ALGO en la vida, algo que te despierte, para no aburrirse, como dirías tú. Y uno ha de reconciliarse con ese aspecto de sí mismo; apasionarse todos los días, asumirse como imprudente, aventurero, un poco loco, pero a la vez serio, en fin, el tener una personalidad un poco indescriptible (algo que se puede y se debe aprender a valorar en ella.)
Luego está esto de que "hay que aprender a leer, como debe aprenderse a ver y aprender a vivir."
Que maravillosa frase. La copié de inmediato. Esa es la lección más grande que me ha dado la vida. Antes creía que se veía por instito, que se leía lo que te entregaban, lo que estaba a tu alcance. Pero con la experiencia aprendí que se puede leer y ver de formas distintas, yo ya no veo como me criaron, ya no leo lo que en mi casa me enseñaron. APRENDÍ a ver con ojos de la vida, con amplitud de mirada, APRENDÍ a leer aquello que me era prohibido. Y eso me ha hecho quien soy. Y eso es lo mejor que me ha pasado, todo el que me conoce bien, lo sabe.
Por último, me gustó mucho aquello de ser haragán por "no saber que hacer". La simplicidad con la que ven las cosas algunas personas, no les deja entender que para otros la vida es lo más importante, es sagrada, valiosa, no es "llegar y hacer".
Uno quiere encontrar el equilibrio perfecto entre aquello que ama y aquello que debe hacer, uno quiere amar pero sentir placer, y quiere vivir por el resto pero de la forma adecuada. Uno se cuestiona. Y esas dudas te inmovilizan a veces. Pero es propio del "artista" del "pensador" y no es haraganería. Es perfeccionismo, autoexigencia, como quiera decírsele. Por esto a veces la gente lo a ve a uno de afuera y no comprende, la "des-colocas" (cuantas veces han dicho eso, tu me asombras, me descolocas, eres impredecible, que lindo ser así no?) otros, más duros en su juicio, no te creen.Pero da lo mismo. Uno sabe que no es haragán ni inconsecuente, se es consecuente con uno mismo, y aquella es la tarea más dura y exigente que pueda existir.
Con esto de la haraganería me acordé de cuando quería vivir la vida como el montón, la oveja que se confunde entre el rebaño, (creo que una vez te dije que a veces me perdía entre lo homogéneo del ambiente, sobre todo, del ambiente donde crecí) , salir, estudiar un poco, vivir sin preocupaciones. (¿Por qué alguien en su sano juicio puede querer esa vida? Ahora no lo entiendo, pero tiene un poco de cansancio de vivir luchando.) Y entonces me llegó una frase que no olvidé y no olvidaré supongo, porque me sentencia, algo cómo: "Tú nunca vas a ser del montón. No tienes opción. No puedes olvidarte de tus preocupaciones cotidianas, no puedes saber que hay un mundo que necesita trabajo y no ser parte de ello. Ya generaste una conciencia que no te va a permitir descansar, nunca serás de esas personas que estudian y celebran y punto."
Y algo de eso soy, ciertamente me define muchísimo. Estoy divida en dos (eufemísticamente, no hay una división clara y menos aún en dos, debe ser al menos en 5, pero en fin), por una parte está mi entrega irrevocable,las ganas de trabajar, pero no tengo la disciplina suficiente, porque no quiero tenerla... y luego esta convicción de trabajo se entremezcla una pasión por los libros, el arte, la relatividad pos-moderna, la apertura al descanso y a veces, el egoísmo. Y eso hace que la vida se vuelva un entramado complicado, difícil de desentrañar, a veces pienso, un verdadero laberinto. Pero aún no sabiendo qué se es exactamente, quién gana, uno sabe con exactitud que nunca podrá negar su escencia, nunca podrá volver a ser otro que el que se es. Por suerte, nos hemos salvado de esto (porque pues, qué tedio, !Qué aburrimiento!)
Una vez le dije a una amiga, que yo creía que uno siempre escribe un poco para sí mismo, para después re-leerse y descubrirse en sus propias palabras. Y ella me respondío que creía lo mismo, pero que eso era lo lindo, pues si uno se entrega al otro, lo hace desde su propia alma, de su propio cuerpo...
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