Mr. Gwyn - Alessandro Baricco
"De lo que somos capaces de hacer, pensó. Crecer, amar, tener hijos, envejecer. Y todo eso, mientras también estamos en otro lugar; en el largo tiempo de una respuesta que no llega, o de un gesto no terminado. Cuántos senderos, y a qué paso diferente los remontamos, en lo que parece un único viaje"
Mr. Gwyn está dando su paseo habitual por el Regent's Park en Londres cuando de pronto tiene una revelación; no quiere seguir haciendo un día más aquello que hace todos los días. La traducción al español del libro dice literalmente "(Mr. Gwyn) tuvo la límpida sensación de que todo lo que hacía cada día para ganarse la vida había dejado de ser adecuado para él."
Me detuve obsesivamente en esa frase, intentando comprender que fue lo que quiso decir Baricco. ¿Mr Gwyn sintió un repentino aburrimiento de su vida? ¿O más bien desadaptación? ¿Tuvo una "crisis existencial"? ¿A que se refiere con que lo que hacía había dejado de ser "adecuado" para él"? ¿Qué sensación puede ser tan fuerte como para abandonar tu profesión de hace tantos años de un día para otro? Después de esa revelación Mr. Gwyn, un autor sumamente exitoso, deja de escribir libros. Envía un artículo al diario The Guardian donde anuncia su decisión y con eso sella definitivamente ese gran capítulo de su vida.
El libro se inicia con una cita del poeta Paul Valery: "Todo comienza con una interrupción". Esta revelación, este sentimiento de inadecuación (aburrimiento, incertidumbre, etc,) irrumpe en la rutina del protagonista haciendo que cambie su destino. No es un sentimiento totalmente nuevo para él, lo ha experimentado antes, pero esta vez la sensación es mucho más nítida y "graciosa" y tiene la fuerza para llevarle a tomar una decisión radical y transformar su identidad.
¿A quién no le ha pasado que fantasea con dejar de hacer lo que hace siempre, para cambiar de identidad? ¿Quién no ha sentido alguna vez, después de varios avisos de aburrimiento o disconformidad, que está experimentando una interrupción vital (más conocida como "crisis") que inspira a hacer cambios radicales? Desaparecer, cambiarte de país, dejar a tu pareja, cambiar de trabajo. Tener la posibilidad, al menos un tiempo, de experimentar una identidad distinta, "más adecuada" para uno.
Reconozco que me sedujo como el personaje opta por un cambio tan trascendental sin arrepentimiento. Cómo llegado el momento de la bifurcación toma el desvío hacia un rumbo desconocido, sin saber que le deparará el camino.
Voy más allá, y quiero hipotetizar que la decisión de Mr. Gwyn no responde a un simple aburrimiento, o desidia, como por ejemplo cuando uno quiere dejar de trabajar después de años de cargar con una responsabilidad, fantaseando con unas largas vacaciones. Para mí su decisión responde al deseo de estar de forma diferente en el mundo, ser invisible, descansar de la exposición y presión social que conlleva ser un buen escritor. Y así poder acercarse a la literatura de forma más "pura". Lo creo porque luego de un tiempo Mr. Gwyn comienza a desaparecer; lentamente se auto-exilia del mundo para dedicarse a ser "copista" (una metáfora muy bella para representar a alguien que ya no quiere ser él mismo, sino que prefiere dedicarse a ser invisible "copiando" a otros) y se transforma deliciosamente en un ser del mundo que no está en el mundo.
Es romántica la forma como Baricco aborda el cambio de vida del protagonista, y cada hoja de la novela exuda la belleza de vivir la vida con lentitud y parsimonia. Es como si con su decisión, Mr. Gwyn estuviera libre de la ansiedad propia de los/as neuróticos/as (la neurosis es un termino psiconalítico que describe al sujeto social contemporáneo; nunca está en el presente, vive pensando en el pasado o en el futuro, desconectado de sus emociones).
Sin embargo, esta decisión tan radical esconde algo: tengo la impresión de que Mr. Gwyn no sabe amar. O más bien, no quiere amar. Y no me refiero al amor de pareja, me refiero a lo que Chul Han define en su libro "La agonía de Eros"; (amar) "implica una impotencia en la que yo, en lugar de afirmarme, me pierdo en el otro o para el otro, que me alienta de nuevo”. Lo más cerca que está de experimentar amor es lo que siente su asistente Rebecca, o por su amigo Tom; únicas personas con las que se deja llevar un poco por la calidez que produce olvidarse de sí mismo. Pero aún así, no concreta con ellos la cercanía suficiente para hablar de una relación.
En el fondo el personaje es tremendamente narcisista (Narcisismo es otro término psicoanalítico, se refiere a la energía que uno vuelca hacía uno mismo por la satisfacción libidinal que genera). Un hombre con una buena posición económica, con una sólida carrera literaria, y con la costumbre de tener sexo cuando le da la gana, y con quien desee, sin pensarlo mucho. Un hombre que se satisface solo y cuya soledad no le atormenta.
En el fondo el personaje es tremendamente narcisista (Narcisismo es otro término psicoanalítico, se refiere a la energía que uno vuelca hacía uno mismo por la satisfacción libidinal que genera). Un hombre con una buena posición económica, con una sólida carrera literaria, y con la costumbre de tener sexo cuando le da la gana, y con quien desee, sin pensarlo mucho. Un hombre que se satisface solo y cuya soledad no le atormenta.
No quiero decir que la experiencia de Mr. Gywn al alejarse del mundo sea un acto de puro narcisismo. No lo tengo tan claro. Pero cuando toma la decisión de dedicarse definitivamente a "copiar" a otros, se me viene a la cabeza la crítica de Chul Han a la pornografía; es posible reducir la experiencia de la alteridad al mínimo. Es posible, en vez de involucrarse emocionalmente, limitarse a observar de forma distante a otro/a exhibirse, transformando el acto más íntimo que puede experimentar el ser humano en algo individual. En el caso de la novela, Mr. Gwyn crea el escenario perfecto para observar hasta el último detalle del otro/a, sin tener que relacionarse con él. Sin correr el riesgo de amar, o que lo amen. Puede desaparecer, y nadie lo extrañará, porque no quiso experimentar la sana dependencia que nace de las relaciones humanas.
A mí la crisis existencial puramente narcisita, no me parece admirable. Creo que las únicas "interrupciones" que merecen el riesgo de ser oídas, son las que están conducidas por el amor. Es la única forma de que sean verdaderos movimientos de impacto, porque son las únicas experiencias en las que no tengo como saber qué resultará. Si busco controlar mi interrupción, planificando las condiciones para un cambio de vida, probablemente seguiré siendo la misma persona, y solo habré hecho un cambio de cáscara, al exterior. Pero si me dejo llevar por el amor no puedo saber que me traerá la experiencia de fundirme con la alteridad. Porque ese límite es impredecible, no se puede manejar individualmente, para experimentar amor es necesario que dos o más personas se fundan en una relación de reconocimiento y con eso crear algo nuevo que la neurosis individual no pueda controlar.
La frase que cito al comienzo es una reflexión de la asistente de Mr. Gwyn, Rebecca, quién posee un lugar de sumisión casi hasta el final del libro. Pero esa frase para mí contiene el mensaje más valioso; es posible vivir sin estar vivo/a. Es posible avanzar ciegamente (crecer, envejecer, tener hijos, incluso amar) sin escuchar las interrupciones de la vida. Yo diría que si uno quiere vivir estando vivo, cuando llegue el momento de la bifurcación, si es por amor, hay que tomar el desvío. No vaya a ser que como a Rebecca, se nos haga demasiado tarde. No vaya a ser que como Mr. Gwyn, terminemos optando por la única compañía que no da sorpresas: la de uno mismo.
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